Hay indicios de que el gobierno de Venezuela se ha quedado sin recursos. Desesperadamente busca financiación del gobierno de China.
Los indicios van desde la escasez de ciertos productos básicos de consumo en el mercado hasta la devaluación del bolívar paralelo y las angustias del gobierno por conseguir financiación externa. El país petrolero mas rico de América Latina, con un precio internacional del crudo favorable, está virtualmente quebrado, sin reservas internacionales y sin capacidad de inversión. Busca desesperadamente financiación del Banco de Desarrollo Chino (BDC) por US$4.000 millones.
Los rumores iniciales fueron que Venezuela le había solicitado US$15.000 millones a China, pero que las autoridades de este país rechazaron la solicitud por incumplimientos en las condiciones de préstamos anteriores. Según el diario El Nacional, las quejas del gobierno de China tienen que ver con inconvenientes técnicos relacionados con el tipo de petróleo y derivados que Venezuela le está enviando como pago por estos préstamos ya contratados. Se calcula que desde 2007 China le ha entregado a Venezuela en préstamos cerca de US$36.000 millones, de los cuales se han pagado aproximadamente US$16.200 millones con un promedio de envíos de 270.000 barriles por día.
Los rumores iniciales fueron que Venezuela le había solicitado US$15.000 millones a China, pero que las autoridades de este país rechazaron la solicitud por incumplimientos en las condiciones de préstamos anteriores. Según el diario El Nacional, las quejas del gobierno de China tienen que ver con inconvenientes técnicos relacionados con el tipo de petróleo y derivados que Venezuela le está enviando como pago por estos préstamos ya contratados. Se calcula que desde 2007 China le ha entregado a Venezuela en préstamos cerca de US$36.000 millones, de los cuales se han pagado aproximadamente US$16.200 millones con un promedio de envíos de 270.000 barriles por día.
Otro de los reclamos del gobierno de China en relación con los recursos de los préstamos son los retrasos en los proyectos de infraestructura en los que debían emplearse (crasos incumplimientos en las fechas de inicio y finalización de las obras acordadas).
No se tiene información precisa sobre las cuentas públicas venezolanas. El gobierno de ese país es uno de los menos transparentes y mas irresponsables de la región en el manejo de los recursos públicos. Con todo, algunos analistas calculan que 2012 cerró con un déficit fiscal de por lo menos 20% del PIB y que las necesidades de financiamiento para 2013 ascenderían a unos US$65.000 millones.
La agobiada y exprimida vaca lechera de Venezuela, su empresa petrolera PDVSA, al tiempo que tiene una deuda financiera que supera US$40.000 millones, debe pagar un inmenso subsidio por la gasolina casi regalada que vende en el mercado interno, cuantiosos regalos a Cuba y otros países, y una gran cantidad de gastos que nada tienen que ver con sus actividades. Y como si lo anterior fuera poco, ha tenido que responder por la incorporación a su nómina de una numerosa mano de obra que anteriormente era subcontratada.
A pesar de incontables pronunciamientos oficiales caracterizados por un desbordado optimismo (que no son otra cosa que un engaño a la población), lo cierto es que la producción de petróleo se mantiene estancada en 2.9 millones de barriles, y que la explotación de las reservas de la Faja del Orinoco no arranca en firme debido primordialmente a la incapacidad operativa y financiera de PDVSA.
A comienzos de febrero de 2013, en medio de expectativas de devaluación, no hay claridad sobre dónde Venezuela obtendrá los recursos para cubrir sus faltantes presupuestales, y menos aun los requeridos para financiar las inversiones que demandan la modernización y ampliación de su infraestructura petrolera y energética. A lo que se agrega la incertidumbre política ocasionada por la ausencia de un Presidente que por razones de salud no se pudo posesionar para el nuevo período presidencial para el cual fue elegido.
No se tiene información precisa sobre las cuentas públicas venezolanas. El gobierno de ese país es uno de los menos transparentes y mas irresponsables de la región en el manejo de los recursos públicos. Con todo, algunos analistas calculan que 2012 cerró con un déficit fiscal de por lo menos 20% del PIB y que las necesidades de financiamiento para 2013 ascenderían a unos US$65.000 millones.
La agobiada y exprimida vaca lechera de Venezuela, su empresa petrolera PDVSA, al tiempo que tiene una deuda financiera que supera US$40.000 millones, debe pagar un inmenso subsidio por la gasolina casi regalada que vende en el mercado interno, cuantiosos regalos a Cuba y otros países, y una gran cantidad de gastos que nada tienen que ver con sus actividades. Y como si lo anterior fuera poco, ha tenido que responder por la incorporación a su nómina de una numerosa mano de obra que anteriormente era subcontratada.
A pesar de incontables pronunciamientos oficiales caracterizados por un desbordado optimismo (que no son otra cosa que un engaño a la población), lo cierto es que la producción de petróleo se mantiene estancada en 2.9 millones de barriles, y que la explotación de las reservas de la Faja del Orinoco no arranca en firme debido primordialmente a la incapacidad operativa y financiera de PDVSA.
A comienzos de febrero de 2013, en medio de expectativas de devaluación, no hay claridad sobre dónde Venezuela obtendrá los recursos para cubrir sus faltantes presupuestales, y menos aun los requeridos para financiar las inversiones que demandan la modernización y ampliación de su infraestructura petrolera y energética. A lo que se agrega la incertidumbre política ocasionada por la ausencia de un Presidente que por razones de salud no se pudo posesionar para el nuevo período presidencial para el cual fue elegido.