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Es sorprendente que dineros de los fondos de pensiones colombianos estén administrados por una organización tan poco transparente como lo es Tribeca Asset Management.
 
Lo primero que hay que decir es que todo lo relacionado con Tribeca es confuso, por decir lo menos. Han existido y existen múltiples Tribeca. Poco se sabe de los manejos de recursos que han tenido lugar en varias de ellas y en lo cual fueron determinantes Rodrigo Jaramillo, Víctor Maldonado, Tomas Jaramillo y Juan Carlos Ortiz. Los mismos que están detrás de la debacle de Interbolsa y del Fondo Premium.

Por ejemplo, aún hoy en día, la panameña Tribeca General Partner One pertenece casi por terceras partes a Rodrigo Jaramillo, Víctor Maldonado y Fondo Premium (que en su momento era controlado por Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz). Luc Gerard es dueño apenas de 1,75% a través de su empresa offshore, Strategos Ltd.

En sus inicios, por allá en 2006, los promotores y gestores de Tribeca adquirieron tres compañías para entusiasmar a los inversionistas institucionales interesados (fondos de pensiones y Corporación Financiera Internacional, esencialmente) en hacer parte de uno de los primeros fondos colombianos de capital de riesgo. Esas empresas fueron Emi, Onda de Mar y Axede. De estas tres, la insignia, la de mayor potencial era sin lugar a dudas Emi. Las otras dos se adquirieron a un precio relativamente alto dadas sus perspectivas menos promisorias.  

En otras palabras, era Emi con su cobertura en servicios de salud en Colombia y en otros países de la región la que tenía las mejores posibilidades de ser reestructurada, expandirse y ser vendida con utilidades en un plazo razonable. Era, por lo tanto, una candidata muy interesante para ser adquirida por un fondo de capital de riesgo como el que se pensaba montar con la marca Tribeca.

Sin embargo, a través de distintas maniobras los accionistas de la holding offshore dueña de Emi se las arreglaron para evitar que esta compañía insignia pasara, así fuere parcialmente, a manos de los inversionistas institucionales que iban a depositar su confianza en Tribeca.   

Y, ¿quiénes eran los accionistas de esta holding creada en 2006 y que respondía a nombre de Emi International Trading (EIT)? Básicamente Interbolsa por intermedio de Quijano Trust Co., Víctor Maldonado a través de Southall Investments, Juan Carlos Ortiz a través de Orfa Latin Holding Inc., y Tomás Jaramillo a través de Societe de Valeurs Inmobiliere La Pont Eglise. Luc Gerard lo era también a través de Strategos, pero con una participación mínima.

EIT adquirió entonces el control accionario del Grupo Emi. Posteriormente, en 2007, cuando fue aprobada por el gobierno la creación del fondo de capital privado Tribeca, la propiedad de Emi y la de las otras dos empresas utilizadas en su promoción, debía ser transferida a este fondo que administraría los recursos de los inversionistas institucionales.

Después de un exhaustivo ‘due dillingence’, Nexus Banca de Inversión, la firma contratada para valorar el traspaso, estableció en US$24 millones la suma que el recién creado fondo Tribeca debería pagarle a los dueños de Emi por la cesión de su participación. Pero este valor fue rechazado por ellos basándose en unas dudosas constancias presentadas por Luc Gerard en donde supuestamente se demostraba que habían invertido en Emi US$33 millones, o sea US$9 millones mas de lo que había determinado Nexus.  

Ante la imposibilidad de los inversionistas institucionales de pagar una suma muy superior a la establecida por la banca de inversión escogida por las dos partes para la valoración, la joya de la corona se quedó en manos de EIT.

Más adelante, a finales de 2010 se vendería Emi a la danesa multinacional Falck (63%) y a Tribeca Health Care Fund (37%). A través de esta última por fin ingresaron a Emi los inversionistas institucionales de Tribeca, pero a precio de inversionistas extranjeros.  

Los compradores de Emi le pagaron a los accionistas dueños de EIT US$70 millones, los que a final de cuentas fueron a parar a sus bolsillos, aparentemente a través de Tribeca General Partner One. A pesar de que por esta compañía panameña pasaron estos cuantiosos recursos, actualmente ella le debe al Fondo Premium un millón de dólares y no dispone de los medios para cancelar esta deuda.

Ciertamente no fue Luc Gerard quien recibió el grueso de las utilidades por la venta de Emi dada su condición de socio minoritario tanto en EIT como en Tribeca General Partner One. Pero si fue el administrador de las compañías involucradas y su actuación estuvo dirigida a beneficiar, no a los inversionistas institucionales de Tribeca como era su obligación moral, sino a Jaramillo, Maldonado & Cía.

Ha habido otras instancias de manejo poco ortodoxo por parte de Luc Gerard de los recursos que los inversionistas institucionales han depositado en Tribeca, como en el caso de algunos movimientos financieros en Onda de Mar. O como lo relacionado con la procedencia de unos dineros para rescatar a una pequeña firma de ropa de Medellín llamada Apartment, de la cual era socio principal y la que se quebró aparatosamente.

Pero en el contexto que nos ocupa, el énfasis es en la rentabilidad de las inversiones que administra Luc Gerard. Después de todo, en el caso de los fondos de pensiones, se trata del dinero de todos los colombianos.

Si dejamos a un lado a Emi, cuyas jugosas utilidades por su venta fueron a parar a bolsillos distintos al de los inversionistas institucionales, hay que hacer referencia a las demás empresas que han ingresado al portafolio de Tribeca, empezando por las que se adquirieron hace seis años, Onda de Mar y Axede.

Onda de Mar ha tenido un crecimiento vegetativo, y cuando no ha registrado pérdidas, sus utilidades han sido ínfimas. No va a ser fácil obtener ganancias en la venta de una empresa sin mayores perspectivas de crecimiento en un mercado muy competido.

Axede está actualmente en crisis. Sus pérdidas en 2012 sumaron $8.104 millones y no se conoce del todo hasta dónde llega el hueco.

Mas adelante, Tribeca adquirió a Petrolatina y compró una importante participación accionaria en Etiqueta Negra (de Argentina). Petrolatina era inicialmente de un pariente político de Bernard Kubbinga, la mano derecha de Luc Gerard y actualmente presidente del ‘Advisory Board’. Petrolatina solo pérdidas ha generado sin que se vea la luz al final del túnel, pero ello no ha sido obstáculo para que Luc Gerard sea remunerado con altos honorarios como presidente de la compañía.

En el caso de Etiqueta Negra, si bien su operación ha sido rentable en Argentina donde su marca es valiosa, el plan de expansión internacional en el que la embarcó Luc Gerard y en el que se han gastado alrededor de US$20 millones fracasó rotundamente. Adicionalmente la rentabilidad de la operación de Argentina se ha afectado últimamente con las restricciones a las importaciones que ha impuesto el gobierno de ese país.

Hay otras empresas de mas reciente vinculación al portafolio de Tribeca. Una de ellas es Brexia Resources cuya única actividad es un proyecto minero en Perú y que apenas se encuentra en la etapa de montaje. El sitio se llama Suyckutambo y aparte de la construcción de algunas cabañas en la lejanía de la sierra peruana, no hay constancia de actividades concretas que permitan descifrar si habrá un eventual retorno a la inversión.

Igualmente está por verse la bondad de las inversiones realizadas en Termobarranquilla, Termocandelaria, y CargoPort (un operador de carga en el aeropuerto El Dorado de Bogotá). Finalmente, en lo relacionado con Latco (servicios petroleros), aparentemente se generaron algunos pequeños beneficios en la venta de una participación accionaria a Advantage Energy de Panamá.

En general, el balance de Luc Gerard como administrador de fondos de capital de riesgo deja mucho que desear. Varios “huesos” en el portafolio con empresas que ya se han debido vender, pero que no tienen comprador a la vista. En los estatutos de Tribeca se habla de la adquisición de empresas que deberán venderse en promedio a los cuatro años, así como de tasas promedio de retorno de 25% anual. Si bien estas no son mas que pautas y nadie espera que se cumplan al pie de la letra, el hecho es que la realidad está muy lejos de lo estipulado en el papel.

Actualmente Luc Gerard es dueño en un 90% de Tribeca Asset Management, que es únicamente una administradora, mas no la dueña de las empresas que aquí se han mencionado. No es ni ha sido el empresario potentado dueño de empresas que presentan algunos medios de comunicación.

En realidad Tribeca nació con los dineros que en su momento, en 2006, aportaron Interbolsa, Víctor Maldonado, Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz. Luc Gerard fue apenas un gestor y nada mas que un empleado de quienes por encima de la mesa o por debajo de ella fueron los verdaderos dueños.

Por otro lado, quien diseñó el fondo fue un conocido banquero argentino, Gerardo León, a quien posteriormente le incumplieron distintos compromisos adquiridos en el momento de su contratación. Es a este banquero a quien se le debe la estructuración de un esquema de inversión sobre el cual había muy pocos antecedentes en Colombia a la fecha de su aprobación por el gobierno en 2007.    

¿Hasta dónde los fondos de pensiones colombianos continuarán apoyando a un administrador que en su momento alcahueteó los manejos financieros de quienes actualmente son acusados de unas estafas que superan US$300 millones y que además, no ha producido los resultados prometidos en la administración de los fondos bajo su responsabilidad?

En una nota a este medio en abril 5 de 2013 el ex presidente del Grupo Interbolsa Rodrigo Jaramillo señalaba que “Luc Gerard es un gran ejecutivo con una extraordinaria claridad mental y capacidad de ejecución y sobre todo posee algo que es bien escaso en Colombia, lealtad.” Habría que preguntarse si esa lealtad se mantiene hasta el día de hoy.

No sobra afirmar que tanto Tribeca Asset Management como Luc Gerard tienen a su entera disposición a LaNota.com para responder o hacer todas las aclaraciones que consideren pertinentes sobre el contenido de esta confidencia.